Llego y me saludo. Me palmeo el hombro. Subo al estrado. Levanto las manos y muestro las palmas vacías. Eso es lo que tengo que ofrecer. Saco el forro de un bolsillo, dejo descubierto el otro. Eso escondo.
Bajo del estrado y me siento. Me chillo:
-¿Y qué haces entonces aquí?
Vuelvo a subir al estrado. Me encojo de hombros. Dudo. No contesto. Intento recordar un buen chiste para empezar con buen pie, pero no hay manera. Bajo otra vez, me siento, me pongo cómodo y espero mi respuesta.
jueves, mayo 27, 2004
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6 comentarios:
Abrazos, puh, Dani.
¡Felicitaciones y suerte.
Guido
A acusaciones necias, oídos sordos...
Que por estar averiguando, he removido mi propio comentario.... Ya llegara, decía el original.... Suerte....
Primo: ¡qué arte tienes, chiquillo!
Besos,
Sonia
título alternativo: esquizofrenia forense ;o)
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