Un día, al montarme en el autobús, estabas ahí, sentada al fondo.
Y antes de bajarme tuve que pedirte que, por favor, me dijeras tu nombre, para poder al menos recordarte con un poema.
jueves, junio 17, 2004
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1 comentario:
no me digas más, te dió el nombre seguido de 9 dígitos ;o) y el poema se lo tatuaste a besos en la espalda. Es la única explicación razonable que encuentro, porque, dino, ¿dónde está el poema?
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