Una noche, un error,
un corazón cansado
y una marea de dolor.
En ese mar navego.
Primero a la deriva,
luego hubo tormenta,
y ahora el mar de leva,
es quien me mece cada noche.
Hoy arrío las velas,
trato de parar el tiempo,
rozo el agua con los dedos,
intento oír tu risa
en su rumor,
sabiendo que cada día
recorro más camino
entre la costa y yo.
a Fernando Durán. 1-5-1937 a 2-12-2001
viernes, diciembre 02, 2005
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1 comentario:
qué sentido de lejanía,
lenta travesía
hacia la lejanía.
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