En mi casa tengo dos puertas y, cada una su llave, muy parecida. Cuando quiero abrir solo me confundo si, justo antes de usarlas, pienso ¿será la correcta?
3 comentarios:
Anónimo
dijo...
A veces me pregunto si los pensamientos que nos llegan nos hacen reflexionar o simplemente nos enmudecen.... me gustan tus post.
Es el síndrome que dicen que sufría Nelson, ocurre a las personas reflexivas. A Nelson le costaba recordar si estribor era derecha y babor era izquierda, o al revés. Por eso, cuenta la leyenda que, antes de entrar en combate, bajaba discretamente al camarote del capitán abría un cofre y leía un papel. Luego subía y empezaba a impartir órdenes con gran efectividad. Claro, el problema en tu caso es que si dejas el cofre en casa no vas a tener forma de entrar a mirarlo sin errar la elección de llave. Anda y cómprale una anilla de colores que cuestan 10 céntimos ;o)
3 comentarios:
A veces me pregunto si los pensamientos que nos llegan nos hacen reflexionar o simplemente nos enmudecen....
me gustan tus post.
y la gracia de acercarse cada vez mas al paño de llave y pensar ya veras sera la otra.
lo mejor es hacer justamente lo contrario de lo que uno cree.
Es el síndrome que dicen que sufría Nelson, ocurre a las personas reflexivas. A Nelson le costaba recordar si estribor era derecha y babor era izquierda, o al revés. Por eso, cuenta la leyenda que, antes de entrar en combate, bajaba discretamente al camarote del capitán abría un cofre y leía un papel. Luego subía y empezaba a impartir órdenes con gran efectividad. Claro, el problema en tu caso es que si dejas el cofre en casa no vas a tener forma de entrar a mirarlo sin errar la elección de llave. Anda y cómprale una anilla de colores que cuestan 10 céntimos ;o)
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