Me estaba afeitando esta mañana, cuando he oído un coche llegar, alguien aparcando frente a casa. Se paró el motor, y al salir del vehículo le he oido toser, con esa tos de fumador que acaba escupiendo a la acera y ha saltado algo metálico y pesado en el suelo. Luego oi una cerilla encenderse y al poco un ruido sordo en mi puerta. Sigiloso bajé la escalera y abrí de golpe, sobresaltándole.
-¡Coño, que susto!
-¿Puedo ayudarle?
-No se moleste, ya puedo yo
Llevaba una especie de punzón en la mano
-¿Qué hace?
-Nada, iba a abrir su cerradura. Hoy me toca robar aquí
-¿Aquí? No, hombre, no. Que no me viene bien.
-A mi que me cuenta, yo soy un 'mandao'.
-Pues usted verá, pero no hay nada.
-¿No? ¿Ni joyas ni efectivo?
-Tengo hasta el frigorífico vacío. Estamos casi a final de mes, hombre. ¿No puede ir al vecino?
-Me encantaría, pero no me dejan
-Pues que suerte. El viernes llegó la factura de la luz, y hoy esto. Vaya mesecito que llevo.
-Que me va a contar. Yo tengo tres crios.
-Puff, peor me lo pone. En fin. Si se espera un momento, cojo la cartera y me voy ya, que llego tarde.
-Vale. Así me fumo el cigarro tranquilo. -Eh, dentro no me fume ¿eh? Que no me gusta el olor.
-Vaya hombre. Cada día lo tenemos peor los que fumamos
He cogido la cartera, y al salir, he dado tres vueltas a la cerradura
-¡Oiga, eso no vale! ¡Que la tenía sin cerrar!
-Perdone. La costumbre. -
Nada. Venga, da igual, llevo soplete. No le entretengo, que hoy hay un atasco tremendo cerca del puente y le va a coger de lleno.
-¿Atasco encima? Ya no llego a tiempo. Vaya lunes asqueroso.
-Ya le digo. Buenos días.
-Buenos días.
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