viernes, julio 07, 2006

Alex

Alex empezó a flotar un martes por la tarde. Volvía de comer, camino de la oficina, y sintió algo extraño por los pies, una suavidad leve, un pequeño tirón entre los oidos. Y se asustó, se agarró a la pared temiendo que un mareo le llevase al suelo. Los transeuntes le esquivaron con cuidado y él fue poco a poco serenándose. En parte porque se atenuo la sensación, en parte por irse acostumbrando. "una bajada de tensión," se dijo. Sin más llegó a la oficina,y pasó la
tarde contento de la extremada comodidad de su asiento, cosa de lo que hasta entonces, nunca se había dado cuenta.

Esa misma noche se sintio peor. Al bajar los tres escalones del portal para ir a tirar la basura, creyó tropezar, porque el último escalón había resultado más alto de lo acostumbrado. La distancia que su pie había recorido fue excesiva. Sin duda era fruto del cansancio, pensó, y tiró la bolsa con prisa, deseando acostarse.

El miercoles se levantó con fuerzas. Al coger la ropa del armario se fijó en la cama "he dormido como un niño. Ni me habré movido, estaría reventado", pensó. Porque la cama estaba casi sin deshacer, apenas una arruga en la sábana. Al ir a coger el coche, sin embargo, volvió a pasarlo mal, cuando descubrió que a cada paso sus pies se alejaban unos centímetros del suelo. Asustado se agarró de un naranjo, y con esfuerzo logró volver a tocar el suelo. De una obra cercana logró alcanzar varias piedras y se lastró con ellas, dándoles a sus bolsillos un aspecto disparatado. En el coche el cinturón de seguridad hizo el resto, e hizo lo que pudo por cumplir ese día en el trabajo

A medianoche encontró algo incómodo el techo, porque en un giro había
chocado con la lámpara, y había quedado desvelado. Harto de todo aquello, se decidio a gatear camino de la ventana, donde, agarrandose al cordón de la persiana se atrevió a salir, cauteloso de ser capaz de volver a entrar si el cielo le llamaba con demasiada fuerza.

El viernes pusieron un anuncio en su trabajo buscando sustituto, porque Alex no llamó, ocupado como estaba en cruzar de una vez por todas el Pacífico.