martes, agosto 31, 2004

¿Quieres jugar?

Yo quiero jugar entre tus ojos, saltar de uno a otro, provocarte la risa, deslizarme entre tus labios, saltar desde la barbilla. Quiero esconderme entre tus pliegues. Esperar que vengas a buscarme, tocarte un hombro, el opuesto, y al girarte equivocada, hacerte cosquillas, provocarte otra sonrisa, alejarme un poco lento, ver si me pillas.

viernes, agosto 27, 2004

Y nada

Llevaba meses sin contar una buena historia. Cansado de esperar, bajo de imaginación, salí de casa dispuesto de buscarla mirando el mundo a mi alrededor.
Paseé por un par de calles casi vacías por vacaciones y carentes de interés. Di una vuelta silenciosa por el parque donde solo las chicharras hacían algún ruido. Deambulé por la zona comercial inundada de rebajas y aires acondicionados.
Harto de no encontrar nada, volví a casa, y al entrar choqué conmigo que justo salía a buscar alguna poesía.

miércoles, agosto 25, 2004

San Lorenzo

Subí a la azotea, me tumbé mirando al cielo, con la secreta certeza de que no vería ninguna lágrima de San Lorenzo. Y espere. Dejé que los mosquitos se cebaran conmigo, que mis ojos se adaptaran a la oscuridad y fueran apareciendo estrellas nuevas. Ignoré las televisiones lejanas, alguna tos, me cobijé en los grillos cantando y en el leve viento. Y me invitó mi memoria a un viaje por noches en las que estuve, ordenándolas según su criterio. Las vías del tren, soledad, el campo. Un cometa deslumbrándome en el cielo. El río, el ruido, el alcohol. Y una nuca blanca aparecer entre el pelo suelto. Frío, música y un secreto políticamente incorrecto. Al principio creí que podría desviarme, sugerir un camino cómodo entre los recuerdos. Al final llegaron lágrimas, aunque no fueran de San Lorenzo.

jueves, agosto 19, 2004

Previsión

Quemado el calendario hoja a hoja,
tirados ya los periódicos y la radio,
falta algo.
No sé que, pero falta algo.

Hay horas en las cuales no quiero escribir,
por miedo a lo que encontraré.

El reloj. Deshacerme también del reloj.



martes, agosto 17, 2004

De copas.

Anoche vino mi padre a buscarme, a invitarme a una cerveza. Hacía años que no tomaba una, pero no he dudado, fuimos al bar, nos apoyamos en la barra, y charlamos mientras el amargor me recorría la garganta. Reímos un rato, compartimos anécdotas, bebimos de nuevo. El despertador desconsiderado nos hizo marchar sin pagar, y tampoco anoche pude decirle cuanto lo echo de menos.

miércoles, agosto 04, 2004

Viaje

Del sur al norte en una noche
Del norte al sur en una tarde.
De ti a nada en un segundo

CONSEJO

Y mirandome directamente a los ojos, me dijo muy serio

-No importa quien sea, no importa lo que digan. Todos somos egoistas, todos somos embusteros. Al final, cuando a alguien le interese engañarte, lo hará. No debes jamás fiarte de nadie. Nunca. Hazme caso, chaval, no te miento.