jueves, julio 01, 2004

Madurez

De siempre me parecio extraño, un desperdicio, ese arte que se ejecutaba para no volver más. Una danza, una canción improvisada. Palabras escritas en la arena.
Afortunadamente un día entendí que por vivir en un instante efímero, ese arte tenía un valor distinto y único para mi.

1 comentario:

Anónimo dijo...

en efecto, hay algo de mágico en las cosas que nacen con vocación efímera: hablan a nuestra sensibilidad de forma más directa, proque también nosotros vivimos sólo un instante en el río del tiempo. E igual que todo lo que hacemos cuenta, también el arte efímero queda para siempre en un estrato del tiempo. Kant dijo que el tiempo era una forma de conocimiento. Borges que era un artificio. Quizás un día entendamos exactamente el porqué las cosas efímeras tienen un valor distinto, pero por ahora el arte nos deja intuirlo.