sábado, junio 17, 2006

La plaga

Caminando por la calle, en hora punta, poco a poco voy dándome cuenta de algo extraño. Todos con los que me cruzo me dirigen una sonrisa. Necesito de un semáforo y un brillante coche parado para saber el motivo. Mi sonrisa llamaba las suyas.



Para Pack, orfebre de sonrisas

1 comentario:

sonia dijo...

y como lo haces? a mi me parece que por occidente la gente se deja la sonrisa en la mesita de noche antes de salir de casa... y algunos la guardaron hace tanto que ya no recuerdan donde...