miércoles, febrero 15, 2006

EL GRAN GOLPE (miercoles)

No quiero saber nada más de mi robo. Pero no hay manera. A mediodía me han llamado al móvil desde un número oculto.
-¿Diga?
-Hola soy yo, Serafín
-¿Serafín? ¿Qué Serafín?
-El ladrón. El de ayer.
-¿Cómo ha conseguido este número?
-Su vecina. Es una mujer muy simpática.
-Ya veo. ¿Que demonios quiere ahora?
-Quería saber sobre que hora llegará ¿Cómo ayer?
-Más o menos ¿Ha terminado? ¿Va a huir por fin?
-No, es que me hace falta que me haga un favor. No le molesto más.

Me ha colgado y me ha dejado inquieto. ¿Qué querría el tipo ese ahora? Que me intentara convertir en cómplice de algo, era el colmo. Pero tenía mucho trabajo y no podía preocuparme más. Al llegar, la casa estaba silenciosa. Quizás finalmente se había arrepentido y habría terminado de robar él solo. En el salón había un par de sacos ¿olvidados? medio vacíos. Un par de cajones abiertos, algunos papeles por el suelo. Eso estaba mejor. Arriba sonó un grito y quejas. ¿Que estaba haciendo? Subí corriendo. En el despacho había luz, y al entrar lo descubrí jugando en el ordenador con un chaval a un juego de fútbol. Estaba protestando un gol que decía que no había sido legal.
-Pero, ¿todavía aquí? ¿Qué hace con mi ordenador?
-Ah, hola. Mira nene, este es el señor que te va a ayudar. Saluda
-Hola señor.
-Hola. ¿Qué le voy a ayudar? ¿Yo? ¿En qué?
-Es que al ver los ordenadores y los libros que tiene me he imaginado que podía ayudar un poco al niño, que tiene un examen de tecnología y lo lleva mal. De ordenadores y cosas de esas, anda bien ¿no?

He resoplado. El niño me ha hablado.

-Señor, este juego es muy viejo, ¿no tiene el último?
-No, no lo tengo.
-Si aprueba, no se preocupe, que yo robo el último juego y se lo traigo.
-Muy amable. ¿Yo le explico lo que sea, y usted va terminando?
-Es que ahora mismo no puedo terminar. Tengo que ir con mi mujer al médico. Pero mañana, sin falta, ¿vale?
-¿Y el niño?
-Ah, le da usted de cenar, si no le importa, y ya vengo yo luego a recogerlo.¿Le compro huevos, que he visto que no le quedan?
-No se moleste.

Se ha ido, y el chaval ha sonreído.

-¿Un partidito?

A ver si mañana...

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